Mariano decide acudir a una cita a ciegas con la chica de sus sueños, que conoció en Internet, sin imaginarse que no todo es lo que aparenta ser.
Martha jamás llegó a pensar que se encontraría en una cita a ciegas con su ginecólogo. ¿La reconocerá o la próxima cita será en el consultorio?
Juanita tendrá que elegir si se queda con Horacio, el papá, o con Alexander, el hijo. Lo bueno es que al final del día todo quedará en familia.
Mariana vivirá la tusa más terrible de su vida, luego de que le terminen con el peor cliché de todos, para luego darse cuenta de que a veces la vida sí funciona de ese modo.
Ángela quería a un hombre con más chispa, uno capaz de hacerla reír. La vida escuchó sus súplicas y le trajo a Felipe, solo para enseñarle que no todos los hombres chistosos tienen gracia.
Joaquín es un cretino porque se aprovecha de las mujeres y las embauca diciéndoles lo que nunca les han dicho. Se cree terrible. Pero para uno así, hay otra peor.
Natalia siempre había querido una novia sensible, tierna… una buena novia. Sin embargo, descubrirá de la forma más graciosa que hay vida más allá de lo bonitos sentimientos.
Mariano y su fastidioso alter ego tienen una cita con Eugenia, una mujer lejos de su alcance. Sin embargo, su sorpresa será total cuando descubran que la dama viene con bebé a bordo, ¿saldrán corriendo?
Jaime da un rápido y divertido vistazo al mundo stalker y los tipos que existen, además, al tiempo que se prepara para su cita con Rodrigo, un tipo que no sabe bien si es gay o no.
Emilio convence a su esposa Alexandra para que hagan una cita swinger. El problema es que la pareja que le corresponde a él es muy agresiva, mientras que el hombre de Alexandra es todo un galán fornido.
Federico es un galán que tiene como estrategia mostrarse dog-friendly y llevar un perro a sus citas para enternecer. Sin embargo, esta vez su cita le pondrá más atención al cachorro que a Federico, ¿logrará reconquistar?
Felipe, el querido y patético humorista, se reencuentra con Pilar, el amor inalcanzable de su juventud. Y como la vida le sonrió, va a tirar con ella… Lo que no esperaba era que le iba a salir con un curioso fetiche: le gusta hacerlo disfrazados de peluche, ¿aceptará?
¿Qué pasa cuando dos posturas pseudopolíticas y polarizadas en su manera de ver el mundo tienen una cita en una galería de arte? Bueno, esto es lo que pasa… mejor apague y vámonos.
Marcela tiene una cita con un gringo… y su traductor, pero cuando el extranjero actúa como un patán, el pobre acompañante intenta salvar la noche traduciendo a su manera. El problema es que Marcela, al final, confiesa que sabía perfectamente inglés. ¿Con quién habrá match ahora?
