Por fin ha llegado el día. Corso ha logrado ponerse frente al asesino de su padre. Corso encuentra a Yakov en los alrededores de un colegio. Baja, va hacia él, lo desarma y le apunta con su pistola. Por fin tiene en sus manos al asesino de su padre. Entonces, quita el seguro de su arma.
Cuatro horas antes, Corso se despierta junto a Gallardo. Le avisan de que un empresario ha resultado herido por los disparos de un francotirador. Su guardaespaldas ha muerto. Corso descubre que Yakov es el responsable y Mario averigua que el objetivo real de los disparos era el guardaespaldas, de nacionalidad rusa. Para atrapar a Yakov, Corso cuenta a Gallardo sus sospechas sobre Gironella. Por su parte, Gironella encarga un nuevo trabajo a Yakov.