Tras la Invasión de la Unión Soviética en 1941, las potencias dei eje parecían no contar con oposición, pero en una ciudad a las orillas del Volga, Stalingrado, los alemanes comprobaron como el ejército soviético detuvo su retirada y se preparó para una defensa feroz de la ciudad. Una resistencia que fue más allá de lo militar para comvertirse en un símbolo en todas los paises aliados