Toda escena del crimen cuenta una historia, porque el asesino se expresa a través de sus asesinatos. Y esta historia ha de saber leerse e interpretarse para poder crear un retrato psicológico del asesino, una especie de mapa de la mente homicida. Antes de que naciera la Unidad de Ciencias del Comportamiento en el FBI, otros "cazadores de mentes" ya hicieron los primeros perfiles a asesinos en serie como Jack el Destripador o Peter Kürten. Son los primeros, Mindhunter de la historia criminal.