Nadie puede cometer un crimen, con la intensidad, que esa acción requiere sin dejar numerosos signos de su presencia. El delincuente por una parte dejará indicios de su actividad en la escena del crimen, y por otra se llevará en su cuerpo o en su ropa los indicios de donde ha estado o de lo que ha hecho… Hoy hablamos de las escenas del crimen.