Tanja, la niña bosnia, se va adaptando al ritmo escolar del Azcona. Su padre, Pero, es denunciado por un compañero de la construcción donde trabaja y es detenido a la espera de la repatriación. Marisa toma cartas en el asunto y organiza una jornada en la que profesores y alumnos discuten la ley de extranjería y los problemas de inmigración en España. Los estudiantes hacen una sentada en el colegio para atraer la atención de los medios de comunicación, pero la policía acaba llevándose a Tanja. Asimismo, Rocío quiere que su hija Valle deje de trabajar y se dedique plenamente a los estudios. Sin embargo, Luis considera necesario que colabore en la economía familiar. Por su parte, Valle no desea renunciar al dinero y a la independencia que le proporciona el trabajo. Además, acaba de iniciar una relación sentimental con su jefe. Isabel se muestra interesada por Quimi, aunque éste parece más atraído por las motos. Y en medio, Luismi se siente algo desplazado de la pandilla. Por eso comienza a frecuentar nuevas amistades, sin percatarse que su nuevo amigo, Bernardo, intenta captarlo para una secta. Ana regala un libro de terror a Bego. A raíz de su lectura, los niños comienzan a inventar historias sobre una casa abandonada que encierra un gran misterio en su interior: el fantasma del motorista sin cabeza. Bego miente a Ana, que ya medio vive en casa de Alfredo, y le cuenta que se marcha con su panda al burguer. No obstante, en realidad los niños van a la casa abandonada para investigar lo que allí sucede, pero lo único que encuentran son un montón ratas. Asustados, salen corriendo. En la huída Bego cae y se tuerce un tobillo.