Rober Bodegas nunca ha hecho humor político, pero tiene claro que los políticos españoles más que personas cualificadas para su puesto parecen el casting de alguna serie adolescente. Según él, lo mejor para llevar bien los cambios de la sociedad y no cagarla en el intento es tratar de ser políticamente correcto, aunque a veces sea difícil siendo humorista, y es que incluso de los mayores dramas se puede hacer algún chascarrillo.