Ana les pide que vuelvan a empezar de nuevo, y todas ponen de su parte. Están entusiasmadas con la cena, pero la paz dura poco y las cosas vuelven a ponerse tensas entre Ana, María y Flora. Leo y Enrique siguen tratando de consolar a Juan, que está destrozado. Tina desvela uno de los secretos de María, que saca a la luz otro de Ana.
Las nuevas revelaciones llevan a una profunda conversación entre las amigas. Tina pone música y les pide una tregua, mientras bailan juntas una de sus antiguas coreografías. Juan parece estar de mejor humor y se une a la fiesta de Leo y Enrique. Después de unas copas, Flora vuelve a remover las cosas, lo que da lugar a una acusación que hace que Tina se sienta incómoda.
Leo, Juan y Enrique sufren un contratiempo que les impide marcharse. Las cosas en casa de Ana no van bien, y mientras toman el postre, un giro inesperado desencadena la guerra. Las amigas vomitan todos sus sentimientos de envidia y dolor hasta que no les queda nada que decir. Todas se sienten tan avergonzadas que les resulta difícil mirarse a la cara.