La gran boda de Rodrigo e Irene está a punto de llegar y Lucía no las tiene todas consigo para ganar la apuesta que hizo con su madre: necesita un traje ideal con el que acudir al evento pero que no sea de color negro, rematar su plan de dieta con un par de kilos menos en su báscula y, sobre todo, encontrar por fin a un chico que quiera acompañarla de la mano en este día tan importante.