Lucía, tras vivir un día como su hermana, comienza a ver la vida de otra manera: empieza a buscar el lado positivo a todas las cosas y parece tener claro que en su nueva vida ya no hay lugar para Carlos. El locutor, por su parte, tras asimilar que ya no hará la campaña publicitaria de Bombones Passión, acepta que sea Lucía la que haga la cuña publicitaria.