Unos jóvenes se cuelan en una feria de coches de choque. Uno de ellos recibe una descarga eléctrica al manipular la caja que pone en funcionamiento la maquinaria. Le atiende la unidad móvil del Sámur.
Al cabo de unos días, se produce otro accidente en la feria y Mario, Diana y Adrián socorren a otro accidentado y ven como Rosete, el dueño de los coches de choque, intenta rescatar a una niña y cae al vacío. Rosete pide a Felisín, un niño que trabaja con él, que haga un par de llamadas para que le sustituyan al mando de la feria.
El niño consigue que otros feriantes se hagan cargo de los coches de choque en las ciudades que habían contratado los servicios de la atracción.