Amanece y la culpa invade a María de los pies a la cabeza pero decide no compartirla con nadie. Este sentimiento le lleva a un lugar oscuro y dulce a la vez. María intenta volver a su rutina pero solo tiene un nombre en la cabeza: Santiago Aguirre. El sentimiento de culpa le arrastra a querer saber más sobre él. En un intento de solucionar las cosas María acaba metiéndose en la boca del lobo.