Antonio decide hacer una muestra de una artista anciana iraní. La mujer tiene un representante que tiene las obras y se encarga de todo. Pero no todo es lo que parece.
En el museo, Antonio se cruza con una intrigante y bella mujer que tiene una fundación dedicada a la ayuda social. La mujer le promete conseguir mucho dinero para el museo a través de un contacto con un millonario filántropo.
Un hombre visita el museo casi todos los días y realiza una extraña rutina que alerta al servicio de seguridad. El jefe de seguridad le sigue e investiga hasta descubrir algo inquietante.
Un expresidente latinoamericano a punto de morir decide donar una valiosísima obra de arte al museo. Cuando está a punto de firmar la donación pone una única y ridícula condición.
Mariel viaja a Madrid para recibir una importante distinción. En la gala de entrega del premio en el museo, Mariel aprovecha para expresar sus opiniones incendiarias respecto a las instituciones y el poder establecido.