La cirugía estética, antes un tema tabú en China, se ha disparado en popularidad gracias a las redes sociales y la presión por cumplir con estándares de belleza. A este auge contribuye el hecho de que millones de personas están usando aplicaciones de belleza con inteligencia artificial que permiten a los usuarios simular los potenciales resultados antes de entrar al quirófano. A su vez, el aumento de la demanda ha generado una escasez de profesionales capacitados y un incremento de cirugías mal realizadas.