Enamorada. Comprometida. Desaparecida. Así de breve se podría contar la historia de Linda y sus últimos momentos en vida; un romance convertido en tragedia, que terminó en un misterio lleno de sospechas y en un asesinato sin consecuencias. Cuando una mujer es asesinada, la policía inmediatamente dirige su atención hacia la pareja. Y es que, en alrededor de la mitad de todos los casos de homicidio cuyas víctimas son mujeres, él es el autor. Pero se necesitan más que sospechas y estadísticas para emitir un juicio; se necesitan pruebas: ¿en dónde, cómo y cuándo se llevó a cabo el crimen? Ello es el fundamento para determinar al culpable. En el tribunal no se trata de decir lo que creemos, sino de probar las cosas. Y más vale dejar libres a diez culpables que enviar a un inocente a prisión.