La danza se asocia con la ingravidez y la ligereza. No obstante, es un trabajo físicamente muy duro. A los 40 años, los bailarines suelen haber alcanzado su cenit, pero la madurez también conlleva un gran potencial artístico, que pone en cuestión la glorificación de la juventud. Este documental retrata, entre otros, a las estrellas del ballet Polina Semionova y Friedemann Vogel.