Cuando Vladímir Putin lanza su "operación especial" en Ucrania, el 24 de febrero de 2022, la joven cineasta disidente Natacha Rostova está en San Petersburgo. Escandalizada por los acontecimientos, decide filmar clandestinamente lo que ocurre en su país, amordazado por la propaganda de un régimen que prohíbe tajantemente pronunciar la palabra "guerra".