A unos 50 kilómetros del continente europeo, en el mar del Norte, la isla alemana de Heligoland​ cuenta con una fauna única. En primavera y en verano, algunas aves que anidan en los acantilados crían a sus polluelos en las rocas rojas. En otoño, miles de aves migratorias descansan en la isla. Y en invierno, las focas grises dan a luz a sus crías directamente en la playa.