En 'Arsenico Caviar' hemos hablado largo y tendido de nuestro odio al trabajo, pero jamás hemos puesto el foco en el espacio que hace nuestras vidas tan miserables: las oficinas, esos lugares hechos de pladur y tristeza, con luces blancas y plantitas artificiales, que casi parecían haberse extinguido con la pandemia y, sin embargo, han vuelto con fuerza. Casi con tanta fuerza como nuestra nueva temporada.