Al llegar a la casa de Belén para advertirla del perverso juego de Dantón Wenceslao se percata con sorpresa de la partida sin aviso de su hija en compañía de Dantón quien al ser alertado por la reunión acontecida entre Mireya y Estrella se apresuro a llevarse a Belén en un intempestivo viaje todo con el fin de que no se enterase de su bigamia, Simón como testigo inerte del echo informa a Wenceslao de la premura de Dantón por llevarse a Belén. Isabela invadida por un delirio perenne al ver cosas que en su situación no son realidad ignora la depresión de Cecilia decidiendo acaparar su atención al informarla de los supuestos planes que mantiene con Simón.