Ángela tiene una vida acomodada con su familia perfecta: dos hijos gemelos y un marido encantador, Gonzalo, un arquitecto de éxito. Bajo esta fachada, Ángela oculta un infierno de maltrato a manos de su marido. El frágil equilibrio de Ángela termina de romperse cuando conoce a Eduardo Silva, un antiguo compañero de instituto al que no recuerda pero por el que se siente inmediatamente atraída.
Ángela huye con ayuda de Edu, llevándose consigo a sus hijos. Pero su huida se ve truncada cuando Gonzalo aparece y mata a Edu. Intentando defenderse, Ángela pone en peligro a sus hijos… Y es detenida. Ángela confiesa lo sucedido a la policía, pero los agentes le revelan que todo ha sido producto de su imaginación: Eduardo Silva no existe. Bueno, sí, pero no es quien ella cree, sino un escritor de novelas negras. Y una de ellas cuenta, curiosamente, la misma historia que ella está relatando.