La relación de Valeria con Joel parece ir viento en popa. Él es atento y cariñoso y a ella le agrada su compañía, aunque no se muestra tan apasionada como lo estuvo con Damián. Además, trabajar mano a mano con Natael propicia que la joven comience a ver a su mentor con otros ojos. Por su parte, Damián tampoco se ha olvidado de Valeria y ya tiene decidido cuál será su próxima víctima: Joel, cuya ambición por triunfar como actor le convierte en un blanco fácil. Mientras, los padres de Valeria comunican a sus hijos que han decidido separarse y ellos tratan de reconducir la situación, pero Fátima se encarga de complicarlo todo aún más. Además, el bebé de Laia sigue creciendo en su vientre y cada vez da más muestras de ser un niño especial pero, por si esto fuera poco, el demonio Valafar se presenta con la intención de ejercer su papel de padre.