Ana, una empleada de finanzas, es abandonada días antes de su casamiento. Por tal motivo, decide ir a una finca heredada en Mendoza. Allí conocerá a Pedro, leal mano derecha de su padre.
Ana no quiere involucrarse con la finca y despedirá a la gente que trabajaba codo a codo con su difunto padre. Pedro, por otro lado, intentará salvar la cosecha del granizo que se avecina.
Tras una discusión que terminó en un accidente, Ana comienza a “querer” la tierra heredada y de a poco, comenzar a sentirla como propia. La relación entre Pedro y Ana comienza a tomar otro matiz.
Ana, sin darse cuenta comienza a enamorarse cada vez más de las cosas que el viñedo y la vida de campo tiene para darle. Su amiga Isabel llega desde Bs. As. para llevarle un potencial comprador.
Los potenciales compradores de la finca dejan claro que solo les importa la posibilidad de hacer negocios. Isabel presiona a Ana para vender, al tiempo que la relación entre Pedro y Ana se intensifica.
Ana, cada vez más arraigada, no solamente a la finca, decide no vender. Todo parecía ir bien hasta que Joaquín, el ex novio de Ana decide visitarla con un arrepentimiento bajo el brazo.
Tres meses después, Ana regresa a Bs.As. y decide casarse con Joaquín. Isabel, embarazada, decide casarse con Quique, amigo de Pedro, quién comprará la finca e intentará reconquistar a Ana.
Ahora, el que queda esperando en el Altar es Joaquín. Ana decide volver a Mendoza no solo para hacerse cargo de la finca, sino también para buscar a Pedro, quien parece haberse ido a vivir a Europa.