Tras su enésima discusión, pese a llevar tiempo sin verse, Aída discute con Soraya y la echa de su casa. Después se entera de que su marido la maltrata, de que la ha dejado indefensa en la calle, entonces se arrepiente.
La sorpresa y alegría general de la familia por la repentina llegada de Soraya y la pequeña Aídita contrastan con la fría acogida de la protagonista. Lorena y Jonathan descubren que son tíos, Eugenia debuta como bisabuela y Aída manifiesta su contrariedad y rechazo a este hecho. Tras hacerse con los muebles y enseres viejos de su progenitora, Mauricio instala un mercadillo en el bar Reinols con el objetivo de vender dichos objetos. Eugenia adquiere un colchón y posteriormente, el empresario hostelero descubre que su anciana madre guardaba una fortuna dentro del jergón, por lo que no duda en emplearse a fondo para recuperar la preciada mercancía.