La Policía ejecuta una redada en el prostíbulo en el que se encuentra Mauricio y decide clausurar el negocio. Tanto la prostituta con la que ha estado el hostelero como sus compañeras carecen de papeles, por lo que Mauricio decide acogerlas para evitar que se queden en la calle. En su afán por colaborar, Chema se ofrece a impartirles clases que les permitan conseguir el graduado escolar y acceder así a un puesto de trabajo mejor. Sin embargo, los problemas surgirán cuando el proxeneta sea puesto en libertad y exija que las chicas vuelvan al club. Luisma y Barajas, por su parte, leen en el periódico que el mundo va a llegar a su fin. Chema intenta tranquilizarles comentándoles que se trata sólo de una noticia propia de la prensa sensacionalista, explicación que no termina de convencerles, por lo que emprenden una investigación para averiguar si la noticia es cierta.