En Playa Calma se ven obligados a volver a reforzar la cabaña ya que la lluvia vuelve a caer con fuerza. Pelayo y Makoke cuidan del fuego confiando en que la noche sea tranquila y puedan mantener la preciada llama a salvo. En Playa Furia aprovechan que para de llover para salir del refugio y pescar.