Sergio se ofrece para alojar a dos gemelas amigas de un conocido. Las dos hermanas resultan ser dos cañones y Sergio y Diana, prendados por sus encantos, se dedican a acosarlas. Durante la primera noche una de las gemelas acude en secreto al sofá donde duerme Sergio y los dos se acuestan. El problema es que a la mañana siguiente no es capaz de distinguir con qué gemela ha estado. Gonzalo va a buscar a Isidro, su padre biológico. Isidro se muestra muy contento de encontrar a su hijo sobre todo porque en ese mismo momento está pasando una mala racha y ve la posibilidad de que Gonzalo le ayude, para empezar, hospedándole en casa por algún tiempo ya que está desahuciado. Como Isidro está también en la ruina, su hijo le ofrece un trabajo en el Bar. Carlota empieza a sospechar que Isidro no es trigo limpio y que intenta aprovecharse de Gonzalo además de robarle en el bar. Aída ha sido operada de apendicitis, y aunque todos se interesan por su estado, ninguno ha encontrado tiempo para ir a verla. Sólo el Frutero estuvo en el hospital, y ni siquiera acudió para ver a su amiga sino que se la encontró de rebote. Pero Aída esto no lo sabe y como está muy dolida, está dispuesta a no hablar con nadie más que con El Frutero que pasará a ser su más preciado... y único amigo. Personaje invitado: Sancho Gracia