Pumpy, el muñeco al que da vida Diana, tiene gran popularidad entre los niños. Diana está muy contenta porque los responsables del programa le han puesto una compañera : una niña. El problema llega cuando se da cuenta de que le resta protagonismo. El frutero invierte el dinero que ha obtenido con la venta de la frutería en un negocio de ocio. El proyecto resulta ser un fraude y le lleva a la ruina. En su afán por recuperar lo perdido y conseguir por lo menos lo mismo que tenía antes de la venta de su negocio, engaña a Pablo y Gonzalo para que le ayuden a robar fruta en un almacén.