Blanca, la hija de Félix, va a hacer la Primera Comunión a la vez que su prima. El ilusionado papá empieza una pugna para que su niña no sea menos que su familiar y se ve obligado a pedir dinero a su madre. Sole, entonces, le dice que no entre en ese juego de apariencias, pero cuando ve la ilusión de su nieta no puede evitar enviar un cheque para pagar el banquete. Por otra parte, Aída ha enviado una carta a una sección de contactos. Richard, Félix y Gonzalo le responden haciéndose pasar por un arquitecto interesado en la camarera. Aída se emociona ante la oportunidad que tiene y los chicos no saben echarse atrás. A la desesperada, fingen que el admirador es argentino, pero Aída parece dispuesta a marcharse a Sudamérica en su búsqueda.