La guerra contra Persia se veía venir de lejos. La revuelta en Jonia sólo fue el comienzo de las Guerras Médicas, unas guerras en las que los griegos, líderados por gente como Temístocles, Milcíades, Leónidas o Pausanias lograron detener el avance persa de reyes como Darío I o Jerjes I. Pero Grecia estaría lejos de alcanzar la paz tras la victoria. Atenas se convirtió en un imperio naval que dominó el Mar Egeo a través de la Liga de Delos. Mientras tanto, los espartanos y su Liga del Peloponeso miraban a sus vecinos con recelo. Sus logros democráticos, sus grandes monumentos, su auge del comercio... Las cosas se iban a poner muy feas entre las dos potencias griegas.