A fines del siglo XIX, Rapa Nui vivía una de sus peores crisis tras la llegada de los esclavistas peruanos, secuestraos, muertes por trabajos forzados en guaneras peruanas y la migración hacia Tahiti. En 1877, no quedaban más que 111 habitantes en la isla. Los sobrevivientes de Perú, de los cuales la tradición oral dice que volvieron 15 de 1400 que salieron por la fuerza, llevaron a Rapa Nui enfermedades que produjeron un desastre. La viruela mató en un año al grueso de la población. La llegada de la Compañía Explotadora de Isla de Pascua CEDIP , trajo hechos terribles a la isla. La comunidad Rapa Nui se vio invadida, víctima de vejámenes como violaciones y maltratos, que no pararon hasta los primeros años del 1900 con la llegada de una figura más conservadora a la compañía: Henry Percy Edmunds quien, con actitud paternalista, pero conciliadora logró entrar en contacto con los pascuenses, llegando a tener hijos con dos mujeres Rapa Nui, sin embargo los isleños no estaban bien psicológicamente. La llegada de la catequista María Angata marcaría un cambio en la historia de la Rapa Nui y sería importante en la rebelión del pueblo polinésico contra la brutal subyugación de la CEDIP y buscaba reivindicar política y religiosamente a los isleños.