Los chicos consiguen unos salmones para ponerlos a la venta. Fernanda hostiga mucho a Zico por lo que el la deja, y para vengarse, Fernanda trata de quedarse encerrada con él en la bodega para reconquistarlo. Al final venden los peces a un restaurante japonés solo que esos peces no eran para cocinarlos, sino que eran para la pecera del restaurante.