Diego sucumbe al influjo de la arrolladora Esther y, espoleado por Richard, decide darse una oportunidad: ya es hora de olvidar a Adriana. Irónicamente, Adri lo tiene más presente que nunca: se da cuenta de que sigue tan enamorada como el primer día y lo busca para decirle que está embarazada y que quiere que vuelvan a ser pareja. Para su desgracia, se topa con la escena más devastadora: Diego en brazos de Esther.Tania, inocente y ajena a las intenciones de Eusebio Lázaro, se prepara con ilusión para acudir a su fiesta.