El embarazo de Adriana hace que la joven anule su viaje y vuelva a pedir trabajo como mensajera en el edificio Garcilaso, aunque tenga que ingeniárselas para esquivar a Diego, al que aún no quiere contar nada de lo que está sucediendo. Tras enterarse del episodio del montaje, Ángel decide declarar una guerra sin tregua a Tania, a la que considera una mentirosa y una traidora. Entretanto, Lolo, que sigue enfadado con Marta, se desespera cuando descubre que sus padres han acordado que compartan, no sólo las clases de inglés, sino todas las demás horas lectivas.