La llegada de un bebé aclara por completo el panorama en el matrimonio de Alfredo y Catalina, pero todo termina de mejorar cuando aparecen en la puerta de su nueva casa los padres de Alfredo, casualmente, al mismo tiempo. Ramón y Beatriz, que ya decidieron divorciarse, llegan cargados de regalos y emocionados por la pronta llegada de un nieto.