Por llevar uno de sus casos de manera personal, Catalina pasa por encima de las opiniones de su esposo, generando un gran malestar en la relación. Pero las dificultades en la familia Duperly Mejía aumentan con las diferencias de personalidades, aunque todo se termina de agudizar cuando la abogada Mejía ofrece su hogar a un cliente que está desamparado y sin techo.