Alex y Charlotte se enfrentan a una casa semivacía y a la convivencia entre ellos. Rápidamente surgen los primeros conflictos:¿Quién se queda con la habitación más grande? ¿Cómo compartiránun solo baño? ¿Quién cocina? ¿Cómo se dividen las tareas domésticas? ¿Cómo van a administrar el dinero? Saldrán de compras y tendrán que ponerse de acuerdo en qué comprar y cómo gastar el dinero. Con sus estilos casi opuestos, cada decisión se convierte en un problema a resolver. A Charlotte no le gusta recibir visitas y sólo come en restaurants de sushi. Alex prefiere rodearse de amigos, pedir delivery y quedarse componiendo hasta la madrugada.La convivencia parece un desafío imposible.