El séptimo programa de MasterChef Uruguay va a ser recordado como uno de los que tuvo más emoción -al menos hasta ahora-. Se emocionaron los participantes, el jurado, Diego y todos lo que lo vimos.
El primer desafío fue el de las cajas misteriosas. Cuando los participantes las levantaron, descubrieron una foto suya, pero no actual sino de cuando eran niños. La consigna era buscar en la memoria y preparar un plato con sabores de su infancia, es decir, algo que cocinaran en su casa cuando eran chicos y que les trajera recuerdos de aquella época. No hubo un solo participante que no se emocionara al contar qué iba a cocinar y por qué.
Seis aspirantes tuvieron buenas devoluciones y subieron al balcón, mientras que los ocho restantes tuvieron que enfrentar una nueva prueba de eliminación.
Para convencer al cada vez más exigente jurado y defender su delantal, los participantes tuvieron que preparar un plato oriental -cocina asiática- con arroz como ingrediente principal y, en particular, con alguna de estas tres variedades: patna, basmati o japonés.
Silvia y Víctor fueron los que se sintieron más cómodos durante la prueba, ya que conocen y les gusta la comida asiática, ¡pero el resto no tenía mucha idea!
Comenzaron las devoluciones y uno a uno, los participantes fueron subiendo al balcón. Para el final quedaron Ana María, Danilo y Cristina y uno de ellos resultó ser el quinto eliminado de la competencia.