Yolanda y Morgan, enterrados hasta el cuello en la arena, están a punto de ahogarse cuando Neala, haciendo uso de sus poderes con los animales, llama a unos cangrejos marinos gigantes para que los desentierren. Una vez liberados Yolanda y Morgan, éstos, Neala y Albert inician un peligroso recorrido por la selva con la intención de advertir a Carmaux de que Wan Guld, guiado por Natzul, el cazador de la tribu, está a punto de lanzar un ataque con cañones sobre los pacíficos indígenas para recuperar la piedra negra.