En la gran meseta de Etiopía, ante un impresionante paisaje de alta montaña, afiladas cornisas y profundos precipicios, vive Saaba, uno de los pocos ejemplares que quedan de la única especie de lobos de África: el lobo de Etiopía. Esta rara especie, descendiente del lobo gris europeo, llegó al continente africano hace un millón de años, pero sólo fue identificada a comienzos del siglo XX y, poco después, se encontraba ya en peligro de extinción. Ahora las manada mantienen una lucha constante por la supervivencia en un ecosistema alpino al que amenaza el calentamiento global y donde los pastores no les tienen miedo y sus perros les disputan el escaso alimento disponible.