La muerte del Oso dejó muy mal a todos los habitantes del Delta, pero Ringo tiene en claro que su entrenador hubiese querido que dejara todo para retener su título. Por otro lado, Brenda mandó a fumigar la casa donde Marisa vive con su esposa, y como no tienen a donde ir, las invitó a quedarse en su casa. Cuando llegan, Marisa se le tira a los brazos y no pierden ni un segundo para besarse, a sólo unos metros de su mujer.