Diego deja a Ringo en la calle consiguiendo arruinar aún más su vida, tanto que el boxeador considera que pelear con la Garza puede llegar a ser la solución a todos sus problemas. Sin embargo, tanto el Oso como Verónica le dicen que no es buena idea. Ringo alcanza a notar que su amiga tiene más de un motivo para negarse a la pelea, algo que nada tiene que ver con lo deportivo.