El fenómeno de las caras de Bélmez fue el episodio paranormal más importante del siglo XX, nunca se explicó y sucedió en Andalucía. Ahora vuelve en una localidad cercana, solo que en vez de caras, lo que está apareciendo en las paredes, parecen más bien tapas de comida. Una ensaladilla es lo primero que ha surgido, pero más tarde un cuenco de gazpacho o incluso una paletilla. ¿Se está repitiendo la teleplastia? ¿Es un fraude muy bien hecho? ¿Y si Jiménez y Villanueva, en la misión más sencilla aparentemente, fuera en la que estuvieran más en peligro? Hay algo que quiere sangre, será sangre humana… ¿o encebollada?