Ramón lucha contra el culto a la belleza, por eso oculta su rostro bajo una máscara. Su cita, Amparo, es fotógrafa y una enamorada de todo lo que huela a arte, por lo que la propuesta de su cita le ha encantado. Ella no conocerá el rostro de él hasta tomar una decisión sobre su futuro, pero eso no parece ser ningún problema para Amparo que incluso encuentra algo de morbo en la situación.