Los deltas son acumulaciones de sedimentos depositados en la desembocadura de los ríos por las sucesivas avenidas. Allí, la acción marina del oleaje y las corrientes los dispersan a lo largo de la costa y hacia mar abierto. La forma y superficie de los deltas evoluciona continuamente al dictado de la pugna entre las dinámicas fluvial y marítima. Cuando se altera su evolución natural se ponen en peligro las instalaciones, las actividades, e incluso, la vida de los seres humanos.