El crimen de Sheila sigue sin estar resuelto, nadie ha sido capaz de deshacer el nudo que permita dar con el culpable de aquella brutal muerte. El 25 de enero de 2004 fue cuando la vida de Sheila Barrero terminó a manos de un criminal que decidió descerrajarle un tiro en la cabeza. Ahí se puso fin a una joven alegre, divertida, que cumplía con su trabajo en el pub Joe de la localidad de Villablino en el que era apreciada por clientes y propietarios. En la jornada de su muerte siguió la rutina del resto de los días. Con los últimos clientes fuera del local recogió la barra, tomó su coche y se fue hacia Degaña (Asturias), donde vivía su familia. Algo ocurrió en el camino para que esta camarera de 22 años detuviera el vehículo en un área de descanso de Cerredo, algo ocurrió para que quizá lo hiciera obligada por quien más tarde terminó con su vida, pero lo sucedido entonces está perdido en la oscuridad y el silencio de una noche rota por un único disparo.