Tomás viaja a La Merced con la intención de encontrar a Esperanza. No solo quiere pedirle que vuelva si no también siente que debe protegerla: la planta contaminante ha cerrado sus puertas, dejando a muchos obreros en la calle. Y todos señalan a la joven como responsable absoluta de la situación.
Ante este panorama, Esperanza acepta la propuesta del cura y se sube a su auto. Pero el vehículo sufre un desperfecto y queda varado en la ruta.
Un motorhome se detiene para asistirlos. Cual película de enredos, nuestra heroína y su amado comprueban que allí viaja un grupo de rockeros algo desaliñados, bastante desordenados pero de buen corazón, que los invitan a subir. “La pareja” aceptará la propuesta.
Cae la noche y Esperanza y Tomás deciden recuperar fuerzas. Pero sólo hay una cama pequeña en la casa rodante. Ambos tratarán de conciliar el sueño, aunque la cercanía los movilizará demasiado…
Tomás va en busca de Esperanza para rogarle que vuelva y para protegerla, ya que la fábrica contaminante de su pueblo ha cerrado y todos señalan a la joven como responsable. El regreso por la ruta se tornará algo complicado y deberán pasar la noche juntos…