Tomás sufre las consecuencias de su supuesta paternidad: el padre Fortunato decide removerlo del convento, y nombra a Sor Genoveva como nueva directora de la escuela.
El sacerdote sufre por la situación pero está convencido de que pronto todo se aclarará. Y precisamente, de la mano de Esperanza, la verdad saldrá a la luz.
Así, el padre Tomás tendrá su momento de redención: volverá al claustro, donde será recibido con mucha alegría por sus queridas monjitas. Sin embargo, él solo tendrá ojos para su querida novicia.
El padre Tomás sufre las consecuencias de su supuesta paternidad: es removido del convento, además de tener que enfrentar el asedio de los medios. Todo se aclarará gracias a la intervención de Esperanza, quien descubrirá la verdad. Y su amado sacerdote volverá así al claustro, donde será recibido con “bombos y platillos”.