Cuatro angelitos

Eduvigis, la hija del alcalde, va a casarse y le hace mucha ilusión que la Banda de Mozart toque en su boda. Pero tiene la mala idea de vestirlos con ridículos vestidos de angelito, con alitas y tutús. El día que se prueban los vestidos, Blacky consigue hacer fotos a los cuatro amigos, y les amenaza con mostrarlas a todos los compañeros del colegio, con el terrible bochorno que eso significaría. Ante todo, Mozart y sus amigos tienen que recuperar esa foto ignominiosa. Pero luego, tendrán que evitar asistir a la boda con aquellos espantosos vestidos. Naturalmente, ellos prefieren unos flamantes esmoquins pero Ernestina, la oronda criada de Eduvigis, se muestra inflexible: faldita, alitas y coronitas de flores para los cuatro. Por una extraña y fática coincidencia, todos amanecen enfermos el día de la boda, pero todos experimentan una súbita mejoría cuando son descubiertos por sus padres. Se acerca el momento fatídico, pero el ingenio de Mozart y sus amigos les librará en el último instante de un ridículo seguro.