La casa de los inventos

El profesor Haski Garaski, amigo de Solfa, ha inventado una máquina que convierte los ruidos en deliciosas melodías. Una mujer llamada “Malamala”, mala, pero mala de verdad, se dedica a la fabricación de pastillas para el dolor de cabeza, teleles y tiritonas, y teme que el invento, al eliminar los ruidos del mundo, le quite clientes y la envíe a la ruina, de manera que decidirá robar y destruir el invento. Suerte que allí estarán los muchachos de la Banda de Mozart para impedirlo, enfrentándose a los esbirros Pocoseso y Cachas. Cuando por fin logran recuperar el invento, lo llevan a la pizzería La Traviata, dejándolo al cuidado del bonachón señor Verdi. Allí se organizará una verdadera sinfonía de ruidos desagradables: rotura de platos y botellas, cacerolas que golpean entre sí... pero los clientes escuchan una música delicada y exquisita. La llegada del inventor Haski Garaski libera al señor Verdi de tan comprometido artilugio, pero los problemas no han hecho más que empezar: hasta la vivienda del inventor llegará Malamala con sus esbirros, dispuesta a apoderarse de Hortensia, la máquina robot que sirve para todo.